EN EL DIVÁN DE TUS LABIOS VIVOS...
siento su gesta... voluntad sometida, manifiesto destino. Su imagen se
aleja sólo para regresar una y otra vez cual hipnótico
mantra. Tibia humedad que promete... seduce, me atrapa. Súbito
arrebato a la cordura precisamente ahora, cuando más cerca
estaba de entumecer mis sensaciones, de devolverme al pozo, de vencer al loco.
Cada borde, pliegue, luz o sombra me tienta sin remedio a hacer arte en
su belleza, hospedando el pincel de mi lengua plena en el
tórrido embrujo de tu boca llena.
Eduardo Bianchi González