DESCARGA IV
Pedazos de cristales en los labios
¡Ah! Pulmones de madera y polen
tequila y ginebra explosión de pájaros
el evangelio según San Mateo
y crucificados invertidos
Dicen:
¿Qué piensa Whitman desde el Hudson?
¿Qué piensa Borges desde su oratorio deslumbrado?
¿Qué piensa Poe desde su casa estremecida y Ulalume?
Yo cumplo con mi rito anal
sobre las calles
refriego el amanecer
y amo la noche
con sus paracaidas
Mientras el señor X
compra un dolor de cabeza por cuatro años
Pasajera pajarera dicen
versos nucleares
y palabras de hidrógeno
nuevas mutaciones para ese infierno verde
que creció hasta el cielo en Hiroshima
¡Qué chamusqueo de alas!
¡Qué precipitación de ángeles!
¡Qué nubes de arenas incendiadas!
Sordo clamor
dicen
y el dolor se abre
amapola ebria
y el hombre mega canta
y se esconden las palabras
detrás de los armarios
detrás de cortinajes
debajo de las sillas
sobre los aleros de la catedral
en los aserraderos
detrás de tu sonrisa magnun
en un lunar oculto que tiene la maja en la nalga derecha
debajo de mis canas
detrás del librero
se posan en el cenicero
materia azul
deshaciéndose
partiéndose
casi quejido
devaneo.
Entonces me rasco el sexo dulce
y danzo introvertido
cascada y vértigo y tambor
Dicen enmudece !
calla !
antes que vengan a recoger tus voces
espigas
y muerte amiga escogiéndolas
para su nuevo pan oloroso de visceras y coágulos
Dicen entonces escucho y callo
escondo la lengua
torpe
y tortuga
por mi honda garganta de mamífero
y espesa y húmeda y temblor.
Dicen ...
Sin embargo interrumpo
equívoco y mordaz
extraviada
—entonces dos libélulas se cruzan—
extraviada ya no vuelves
y no he salido a buscarte
por tu pequeño infierno de rencores
Entonces una vez recuerdo
caperucita azul
puñeteándote tu pequeño corazón de
niña de cuento.
Edgar E. Ramírez Mella