A LA SOMBRA DE UN VIOLÍN PIENSO QUE SOY ANNE SOPHIE MUTTER
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Entonces la corneja que me mira y yo siento tu voz en su discurso,
familia eres del cuervo y yo contigo arrodillado tiemblo en la cocina
de un mal apartamento aquí, en Moscú. Digo “frambuesa”,
devoro una tostada sin caviar y aparece la rama despejada,
el ave permutó, se ha ido lejos, hacia dentro, como yo de mi
tierra,
para siempre, perdido en unas fotos, en flashes de miradas
que separan a un pájaro de otro, una señal maligna
en el camino del hombre hacia su muerte.
Dolan Mor