MANIFIESTO
El «Manifiesto» es un texto que palpité a cuatro manos con el escritor Ricardo Dessau.
Suyo es el grito y mío el susurro, con vigor de grito.
Es un grito por la libertad y por la revolución de la palabra.
Es un llamado a la conciencia profunda.
Convoca a develar y a quitar máscaras.
Mientras tañen en el mundo los gemidos de cada vez más muchedumbres de esclavos, el «Manifiesto» es un «!Basta!» a los rebaños.
Es un «¡basta!» para tantos ¿«poetas»? cortesanos del Poder.
En este grito y susurro con potencia de grito, laten muchos poetas.
Al Hallaj, crucificado en Bagdad hace quinientos años.
Federico García Lorca, Desnos, Celan, Miguel Hernández, Paul Eluard, Juan de Yepes -hoy San Juan de la Cruz-, Nazim Hikmet, Ovidio,
César Vallejo, y tantos más. Masacrados, encarcelados o exiliados.
Y late siempre, y me late, Arthur Rimbaud con su desafío más vigente que siempre:
«Cambiar la vida»
Cristina Castello