ALCIRA
Los ojos amatistas del Atlántico,
nevados en la masa marina
me trajeron a tu tierra mapal.
Yo tengo trozos de nubes
y quiebro mil veces
los vasos sigilosos del olvido.
Tengo por caminar las hortalizas,
las viejas zanahorias del alma,
el pueblo de chocolate
que habitan mis títeres de yeso.
Surjo de las yerbas negras
y retorno a la losa de las rocas,
me esculpe la tierra
un pedazo de tierra
para humedecer las manos
en las olas del aire.
Cristián Basso