PERTENENCIAS
Tengo un cofre casi lleno,
con caracoles, sueños.
Duendes infantiles,
pétalos sueltos.
Allí conviven,
en dulce secreto,
la bailarina frustrada,
el hogar risueño,
la hija deseada,
besos no recibidos,
deseos pequeños.
Desengaños necesarios,
incomprensiones del diario,
concesiones personales;
y pronto estarás tú
a quien casi no quiero,
envuelto en la espuma
de un mar violento.
Allí también está,
el adiós a mi padre,
sentimientos de culpa.
El beso al cristal,
que cubría a mi madre.
También pudiera estar,
un ala de mariposa,
busco con afán la otra,
para volar.
Concepción de Quesada y Loynaz