MORAL DEL TRANSEÚNTE
Logroño, marzo de 1999
Yo cambiaré de sitio, estoy casi seguro;
tú, por tu juventud, es muy probable
que te marches mañana a ciudades abiertas a lo nuevo
y no he de reprocharte tanta obligada ausencia.
¿Quién podrá asegurar que nos veremos
bajo una luz tan clara? ¿Y en qué bares
nos reíremos juntos algún día
y daremos por buenas, satisfactoriamente,
tantas penas presentes y futuras?
Es absurdo
tratar de contestar, y es imposible
no preguntarse siempre estas cuestiones.
Olvidarás los nombres que ya no necesites
en tu aventura diaria. Otro bar, otra música,
otras copas te facilitarán
el necesario y saludable olvido
de toda mente lúcida y serena.
Yo tampoco podré recordar todas
las menudencias diarias de esta ciudad entrañable.
Yo tan sólo
podré guardar la imagen de esta tarde
y conservarla limpia para siempre.
Carlos Javier Morales