SOLO CON UN LEVE BESO
Mujer de antes, de ahora, de siempre,
eternamente unida por mis besos,
ahógame en las redes de tus brazos,
cuando apenas queda ya tiempo
para la llama de una cerilla de luz en el cielo.
Sofócame con tus besos apasionados
y húndeme en el fondo del letargo
de tus caricias y abrazos.
Ya se han parado las olas en el aire
y la campana del cielo ha dejado de girar.
Ya estamos solos, desnudos,
en el desierto oscuro de los astros.
Solo con un leve beso
enferma de calenturas la noche.
Solo con una caricia se contagian las estrellas
de la fiebre insatisfecha del deseo.
Te miro a los ojos
y veo en ellos un relámpago fugitivo,
el misterio de una mirada furtiva.
No acierto a interpretar
esa mueca inadvertida.
Son tantas las miradas de tus ojos,
las caricias de tus manos,
las posturas de tus labios.
Hay tantos luceros que nos miran boquiabiertos.
Mujer, de antes, de ahora, de siempre,
eternamente unida por mis besos,
ahógame en las redes de tus brazos,
cuando apenas queda ya tiempo
para la llama de una cerilla de luz en el cielo.
Carlos Etxeba
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