KATRINA
Abandonadas cosas que
el agua arrastraba,
inundándolas de muerte:
un juguete de colores,
una media de seda,
el marco de plata de la boda,
una columna de ceniza.
Todo en un agua olvidada,
insolidaria y fascista,
donde los muertos
nadan con dulzura hacia el mar,
donde las ruinas cambian
el color de las calles,
donde el ser humano revela
sus más bajos instintos.
Aterradora jerarquía del dolor.
Madrid, 30 de septiembre de 2005
Bernardo Bersabé