VIOLONCELOS
Violentos son los celos cautivos del son del violoncelo.
Qué cielos se derrumban o se escuchan
desde la voz de sus senos?
Qué veo cuando veo hacia las celdas?
Sus sueños sueltos y serenos?
O al final de esa oscuridad pétrea,
oír llorar una luz llena,
poseer el porvenir de cera,
que no se vacía,
sino en la víspera de esta visión de ciegos.
André Domingues