V
Por ti madrugo como ojos de tigre,
resuelto a alojar en sus fauces
tu voz de alondra.
Por ti despierto con un grito
la quietud de tu pelo de almendra
y la dibujo en tus manos como un refugio en abril.
Por ti se refleja en tus ojos
mi imagen de hombre, de aire naciente, de niño con manos de
arena.
Por ti cambio mi rostro en cada esquina,
por ti olvido mi mañana de vidrio
y te abrazo por la noche
cuando me dices adiós.
Alonso Véner