MÚSICA FILMADA
a Jaime Siles
Lloran en mi hombro sueños, estribillos
y el cerebro lleno de gasolina.
Luego cantan los temas de Jimi Hendrix,
en tardes tan lejanas como negras,
con pasteles, manzanas y amapolas.
En una colorida esquina hablan:
Es demasiado
¿Pero y el placer?
En la paralela fallece Morrison repitiendo sonidos
con el rostro de un ángel sentenciado,
como tú.
Jaime ya lo sabía.
Así, me dio un tiempo disfrazado y sus principios,
ofreció la memoria con dos músicas:
el metal de la sombra y la cifra de sus reflejos.
Mientras, los espejos no querían ni dar, ni tomar,
sólo sobre la pantalla cruzar imágenes y sonidos,
pedir perdón, morir.
Alberto Torés