A mi madre.
Crepúsculo, dile al viento
que llegue a mi madre buena,
y le diga que yo siento
por ella una inmensa pena.
Que cuando miro las brumas
de las riberas lejanas,
los hilos de las espumas,
me van fingiendo sus canas.
Que en cada marina brisa,
va tejida una sonrisa,
del que una tarde partió.
Y que en el mar o en la playa,
beso siempre la medalla,
que en el pecho me prendió.
Alberto Ortiz