LA TRISTEZA DE MI CUERPO
Olvidándome voy en este vago cuerpo
Luis Cernuda
Entre la blanca luz
y mis largas conversaciones apacibles,
se cuece la tristeza de mi cuerpo
Nadie oye su silbido
porque éste va hacia adentro
como la aguja rota de un cirujano torpe,
como un desprendimiento.
Es verdad que me muevo ágilmente, que camino
con la cabeza erguida y los pies firmes
entre ruidos de buses y sirenas.
La vida cada día me exige estas maniobras
para engañar al ávido, al de la piel serosa,
al sediento, al tatuado, al que dentro de mi vive
de una memoria antigua que aún rezuma sus sales.
Entre la oscuridad, en la densa marmita de la noche,
se cuece la tristeza de mi cuerpo.
Y el pobre corazón amojamado
sobre sí mismo gira como un planeta insomne.
Piedad Bonnett