VUELTA
A José Alvarado
Mejor será no regresar al pueblo,
al edén subvertido que se calla
en la mutilación de la metralla.
RAMÓN LÓPEZ VELARDE
1
Voces al doblar la esquina
voces
entre los dedos del sol
sombra y luz
casi líquidas
Silba el carpintero
silba el nevero
silban
tres fresnos en la plazuela
Crece
se eleva el invisible
follaje de los sonidos
Tiempo
tendido a secar en las azoteas
Estoy en Mixcoac
En los buzones
se pudren las cartas
Sobre
la cal del muro
la mancha de la buganvilla
aplastada por el sol
escrita por el sol
morada caligrafía pasional
Camino hacia atrás
hacia lo que dejé
o me dejó
Memoria
inminencia de precipicio
balcón
sobre el vacío
Camino sin avanzar
estoy rodeado de ciudad
Me falta aire
me falta cuerpo
me faltan
la piedra que es almohada y losa
la yerba que es nube y agua
Se apaga el ánima
Mediodía
puño de luz que golpea y golpea
Caer en una oficina
o sobre el asfalto
ir a parar a un hospital
la pena de morir así
no vale la pena
Miro hacia atrás
ese pasante
ya no es sino bruma
Germinación de pesadillas
infestación de imágenes leprosas
en el vientre los sesos los pulmones
en el sexo del templo y del colegio
en los cines
impalpables poblaciones del deseo
en los sitios de convergencia del aquí y el allá
el esto y el aquello
en los telares del lenguaje
en la memoria y sus moradas
pululación de ideas con uñas y colmillos
multiplicación de razones en forma de cuchillos
en la plaza y en la catacumba
en el pozo del solitario
en la cama de espejos y en la cama de navajas
en los albañales sonámbulos
en los objetos del escaparate
sentados en un trono de miradas
Madura en el subsuelo
la vegetación de los desastres
Queman
millones y millones de billetes viejos
en el Banco de México
En esquinas y plazas
sobre anchos zócalos de lugares comunes
los Padres de la Iglesia cívica
cónclave taciturno de Gigantes y Cabezudos
ni águilas ni jaguares
los licenciados zopilotes
los tapachiches
alas de tinta mandíbulas de sierra
los coyotes ventrílocuos
traficantes de sombra
los beneméritos
el cacomixtle ladrón de gallinas
el monumento al Cascabel y a su víbora
los altares al máuser y al machete
el mausoleo del caimán con charreteras
esculpida retórica de frases de cemento
Arquitecturas paralíticas
barrios
encallados
jardines en descomposición
médanos de salitre
baldíos
campamentos de nómadas urbanos
hormigueros gusaneras
ciudades
de la ciudad
costurones de cicatrices
callejas en carne viva
Ante la vitrina de los ataúdes
Pompas Fúnebres
putas
pilares de la noche vana
Al amanecer
en el bar a la deriva
el deshielo del enorme espejo
donde los bebedores solitarios
contemplan la disolución de sus facciones
El sol se levanta de su lecho de huesos
El aire no es aire
ahoga sin brazos ni manos
El alba desgarra la cortina
Ciudad
montón de palabras rotas
El
viento
en esquinas polvosas
hojea los periódicos
Noticias de ayer
más remotas
que una tablilla cuneiforme hecha pedazos
Escrituras hendidas
lenguajes en añicos
se quebraron los signos
atl tlachinolli
se
rompió
agua quemada
No hay centro
plaza de congregación y consagración
no hay eje
dispersión de los años
desbandada de los horizontes
Marcaron a la ciudad
en cada puerta
en cada frente
el signo $
Estamos rodeados
He vuelto adonde empecé
¿Gané o perdí?
(Preguntas
¿qué leyes rigen “éxito” y “fracaso”?
Flotan los cantos de los pescadores
ante la orilla inmóvil
Wang Wei al Prefecto Chang
desde su cabaña en el lago
Pero yo no quiero
una ermita intelectual
en San Ángel o en Coyoacán)
Todo es ganancia
si todo es pérdida
Camino hacia mí mismo
hacia la plazuela
El espacio está adentro
no es un edén subvertido
es un latido de tiempo
Los lugares son confluencias
aleteo de presencias
es un espacio instantáneo
Silba el viento
entre los fresnos
surtidores
luz y sombra casi líquidas
voces de agua
brillan fluyen se pierden
me dejan en las manos
un manojo de reflejos
Camino sin avanzar
Nunca llegamos
Nunca estamos en donde estamos
No el pasado
el presente es intocable
Octavio Paz
Versión proporcionada por Dina Posada.