A LAS DOCE DEL DÍA
Estaba tendido boca arriba en el parque
mirando el cielo azul esplendoroso
Sentía el frescor de la brisa
sobre mi rostro caliente por el sol
De pronto noté la inmovilidad absoluta de los árboles
Un gran silencio descendió sobre el paisaje
En la superficie del lago pero sin tocar el agua
aparecieron las esferas
Me senté apoyado contra un árbol para verlas mejor
Eran las doce del día
y de golpe empezó a anochecer
Las esferas estaban suspendidas sobre el agua fija
claramente visibles en la oscuridad
Una pista de aterrizaje se encendió a la distancia
Las esferas despegaron a toda velocidad
y de súbito estaban encima mío
No eran de metal sino de materia orgánica
Blancas con una circunferencia azul en el centro
Y me miraban fijamente
Después desde las esferas me vi a mí mismo
sentado en el pasto con las cuencas vacías
Me vi levantándome penosamente en la oscuridad
Me vi avanzando a tientas por el parque allá abajo
hasta que la Tierra fue un punto borroso en el cosmos
A las doce del día
Desde la constelación de Andrómeda
Óscar Hahn