LA MONTAÑA
El ojo no te engaña.
Lo que ves allá lejos
del Sol a los reflejos,
es la montaña.
La mole que se baña
en helada blancura
que todo el año dura,
también es la montaña.
Esa uña, que araña
(como se araña un velo)
el velo azul del cielo,
es la montaña.
Y si herido en su entraña
se alza el mongol y advierte:
—¡Libre vivir, o muerte!,
también es la montaña.
Nicolás Guillén