ÉBANO REAL
Te vi al pasar, una tarde,
ébano, y te saludé;
duro entre todos los troncos,
duro entre todos los troncos,
tu corazón recordé.
Arará, cuévano,
arará sabalú.
—Ébano real, yo quiero un barco,
ébano real, de tu negra madera...
Ahora no puede ser,
espérate, amigo, espérate,
espérate a que me muera.
Arará, cuévano,
arará sabalú.
—Ébano real, yo quiero un cofre,
ébano real, de tu negra madera...
Ahora no puede ser,
espérate, amigo, espérate,
espérate a que me muera.
Arará, cuévano,
arará sabalú.
—Ébano real, yo quiero un techo,
ébano real, de tu negra madera...
Ahora no puede ser,
espérate, amigo, espérate,
espérate a que me muera.
Arará, cuévano,
arará sabalú.
—Quiero una mesa cuadrada
y el asta de mi bandera;
quiero mi pesado lecho,
quiero mi lecho pesado,
ébano, de tu madera,
ay, de tu negra madera...
Ahora no puede ser,
espérate, amigo, espérate,
espérate a que me muera.
Arará, cuévano,
arará sabalú.
Te vi al pasar, una tarde,
ébano, y te saludé:
Duro entre todos los troncos,
duro entre todos los troncos,
tu corazón recordé.
1947
Nicolás Guillén