MARACAS
De dos en dos
las maracas se adelantan al yanqui
para decirle
—¿Cómo está usted señor?
Cuando hay barco a la vista,
están ya las maracas en el puerto,
vigilando la presa excursionista
con ojo vivo y ademán despierto.
¡Maraca equilibrista,
güiro adulón del dólar del turista!
Pero hay otra maraca con un cierto
pudor que casi es antiimperialista:
es la maraca artista
que no tiene que hacer nada en el puerto.
A ésa le basta con que un negro pobre
la sacuda en el fondo del sexteto;
riñe con el bongó, que es indiscreto,
y el ron que beba es del que al negro sobre.
Ésa ignora que hay yanquis en el mapa;.
vive feliz, ralla su pan sonoro,.
y el duro muslo a Mamá Inés destapa
y pule y bruñe más la Rumba de oro.
Nicolás Guillén