NOCTURNO EN LOS MUELLES
Bajo la noche tropical, el puerto.
El agua lame la inocente orilla
y el faro insulta al malecón desierto.
¡Qué calma tan robusta y tan sencilla!
Pero sobre los muelles solitarios
flota una tormentosa pesadilla.
Pena de cementerios y de osarios,
que enseña.en pizarrones angustiosos
como un mismo dolor se parte en varios.
Es que aquí están los gritos silenciosos
y el sudor hecho vidrio; Ias tremendas
horas de muchos hombies musculosos
y débiles, sujetos por las riendas
como potros. Voluntades en freno,
y las heridas pálidas sin vendas.
La gran quietud se agita. En este seno
de paz se mueve y anda un grupo enorme
que come el pan untándolo en veneno.
Ellos duermen ahora en el informe
lecho, sin descansar. Sueñan acaso,
y aquí estalla el esplritu inconforme
que al alba dura tragará su vaso
de sangre diaria en el cuartón oscuro,
y a estrecho ritmo ha de ajustar el paso.
¡Oh puño fuerte, elemental y puro!
¿Quién te sujeta el ademán abierto?
Nadie responde en el dolor del puerto.
El faro grita sobte el mar oscuro.
Nicolás Guillén