V
Se ha vestido la Pena
de domingo campestre.
Con sus tropos y ritmos,
parece que está alegre...
¡Déjala —pobrecilla—,
mirarse en la corriente
del arroyo! El arroyo
fía de lo aparente,
y querrá que en sus danzas
primitivas alterne;
y la Pena —señora
de una estirpe celeste—
señalará una danza
rítmica, ante la plebe.
José Moreno Villa