NOCHE RÚSTICA DE WALPURGIS.
XXII.- Adiós al poeta
XXII
Adiós al poeta
¡Santa Naturaleza, madre mía!,
me has cobijado en tu regazo inmenso
y disipaste con tu soplo intenso
la nube del dolor que me envolvía.
Mas ¡ay! vuelve la vida ingrata y fría,
mi sueño celestial quedó suspenso...
Ya alza la tierra su divino incienso
y en su carro triunfal asoma el día.
Poeta: es fuerza abandonar el monte.
Bajemos, pues ya al ras del horizonte,
Venus agonizante parpadea;
tú al teatro, a la clínica, al Senado;
yo a vegetar tranquilo y olvidado
en el rincón oscuro de mi aldea.
Manuel José Othón