NOCHE RÚSTICA DE WALPURGIS.
V.- El ruiseñor
V
El ruiseñor
Oíd la campanita, cómo suena,
el toque del clarín, cómo arrebata,
las quejas en que el viento se desata
y del agua el rodar sobre la arena.
Escuchad la amorosa cantilena
de Favonio rendido a Flora ingrata,
y la inmensa y divina serenata
que Pan modula en la silvestre avena.
Todo eso hay en mis cantos. Me enamora
la noche; de los hombres soy delicia
y paz, y, entre los árboles cubierto,
sólo yo alcé mi voz consoladora
con una blanda y celestial caricia
cuando Jesús agonizó en el huerto.
Manuel José Othón