ANTOLÓGICAS
(Platón)
Tú los astros contemplas, oh mi amada.
¡Si fuera yo la bóveda celeste!
Mil ojos yo tendría
mil ojos para verte.
Al darte un beso en los labios,
se estremece mi alma toda,
y por huir de mi cuerpo,
se reconcentra en mi boca.
Quiere infiltrarse en tu esencia
más oculta y misteriosa
para fundirse con tu alma
y formar un alma sola.
En la suprema delección del beso
afluyen nuestras almas a los labios:
quieren, a modo de sutil perfume,
ascender a los astros.
Manuel González Prada