Ve tú, palabra mía
como un golpe de viento sobre el ala
de una gaviota oscura.
Ve tú, palabra mía,
con el beso ignorado de cien bocas
y la música y sol de los arroyos.
Ve tú, palabra mía
con la caricia leve de cien manos
y la flor y la luz de los jardines.
Ve tú, palabra mía,
a sosegar su corazón que tiembla.
Y hasta la sombra en su rosal de olvido,
lleva el mensaje del amor del mundo.
Manuel Felipe Rugeles