ORACIÓN PARA CLAMAR POR LOS OPRIMIDOS
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Lejos, perdido, olvidado,
y sin embargo tan cerca.
Luciérnaga y pedernal
son anuncios de su estrella.
Sombra de astro
en la sombra de la tierra.
Claridad que nos inunda
el espíritu y lo quema.
Al amparo de su lumbre
arden el sueño y la pena
de los humildes; al amparo
de su estrella.
Lejos, perdido, olvidado
por todos. Solo en la esfera
de su misterio,
torre de la fortaleza.
Otros no le quieren ver,
ni hallar la flor de su huella,
ni advertir cómo su aurora
funde en oro las tinieblas.
Lejos, perdido, olvidado,
y sin embargo tan cerca.
Manuel Felipe Rugeles