CANTIGA DEL DESTERRADO
Ayer crucé la frontera
sólo por estar, amada,
cerca de tu cabellera,
junto a tu verde mirada
y entre tus brazos, siquiera,
preso hasta la madrugada.
El potro que me trajera
cerca está de la enramada.
Si alguien a indagar viniera,
di que aquí busca posada
por esta noche un cualquiera
que se va con la alborada.
Mañana en la sementera
mi huella estará marcada.
Ésta no será olvidada.
Va a durar la vida entera.
Dirán que estuve a tu vera,
sabiéndote enamorada.
Mañana por la frontera
vuelvo donde está mi espada.
Qué soledad más callada
en el destierro me espera
sin tu amor, sin mi bandera
y la casa abandonada.
Ay, si contigo estuviera
con la puerta bien cerrada,
sin que tú dijeses nada,
y la llave se rompiera
y el herrero se muriera
al llegar la madrugada.
Manuel Felipe Rugeles