SÚPLICA A LA VIDA
A Elena de Obieta
Luz de la vida
engañadora
voluble oleaje de la existencia
con brisa amarga
o embriagadora
hinchiendo el seno de somnolencia
de un siglo nuevo
a la ribera
cruel o sonriente ¿Quién lo supiera?
el alma frágil
nos has traído
sobre la cresta de una quimera.
Los otros vasos
si quieres llévanos.
De la celeste pasión la copa
hasta los bordes
tan solo déjanos,
y en el engaño de los engaños
mecidas siempre
de un sueño único
juntas, doquiera
y hasta la playa del suspiro único
estas dos almas
llévanos. Sea.
Enero 1 1901
Macedonio Fernández