MI LUGAR
Cerca del Ebro caudal,
Linde del suelo navarro,
Y no lejos de tu falda,
Frío y estéril Moncayo;
Junto a la vega fecunda
Donde los muros se alzaron
De la inmortal Calahorra,
Patria del gran Quintiliano;
A la sombra de una peña,
Que desafía a los austros,
Se asienta la humilde villa
Do vi mis primeros años.
Quel es su nombre, harto pobre;
Bien que de dones colmado
A alguna ciudad soberbia
Honrar pudiera su campo.
Las claras ondas le bañan
Del fructífero Cidacos,
Cuyas plácidas riberas
Son de Castilla regalo.
Allí viciosa la grama,
De la oveja dulce pasto,
Crece en el valle frondoso
Y en el ameno collado.
Allí entre la mies dorada
Que agita Céfiro blando
La tímida codorniz
Repite su alegre canto.
Allí doquiera que vuele
La parda abeja zumbando,
Mil flores le abren su cáliz
En el monte y en el prado.
Minerva allí sus tesoros,
Allí sus delicias Baco,
Allí su copia Amaltea
Vierte con pródiga mano.
Llorando allí, como todos,
Salí del materno claustro;
Mas la risueña Talía
Me cobijó con su manto.
Dolida de mi orfandad,
Mi escudo ella fue y mi faro
Y mis vigilias premió
Con populares aplausos;
Y me dio, para escarmiento
De pícaros y de fatuos,
Sin la saña de Aristófanes
La férula de Menandro.
Manuel Bretón de los Herreros