POEMA DEL AGUA (FRAGMENTO)
Al poeta Carlos R. Mondaca C., en testimonio de convivencia artística
INVOCACIÓN
A ti, virgen sedeña,
la que tiembla y suspira
que se aduerme y que sueña
y que tiene al correr quejas de lira.
Sangre de abajo, Iágrima de arriba,
desata tu puñado de gorjeos,
tú, que vas fugitiva
fingiendo sucesiones de aleteos.
Preludia tu canción de primavera
al beso de las ávidas raices,
el gran misterio te llamó su obrera,
¡oh tú, la madre de los días grises!
El gran misterio ha hecho
de cada onda de tu ser un labio.
Cada copo de espuma evoca un nido;
en ti beberá el sabio.
Resbala tu sonrisa cristalina
sobre esa joya rústica, el guijarro;
tras tus bodas de luces con el cielo
celebra tu connubio con el barro:
alégrate en la selva polvorienta,
desgárrate la entraña en la cascada,
promesa de vergel y de tormenta,
¡oh gran serpiente alada!
El verso de tu espuma
tiene estremecimientos de capullo;
el verso de tu bruma
es la condensación de un gran arrullo.
Bate el ala invisible tu verso
cual un sollozo alado que se aleja
del lago, que es pupila que se queja,
hacia otra azul pupila: el cielo terso.
Apresúrate y ven, sangre de abajo,
la arista del cristal de tus entrañas
que rasguña la roca, hace los tajos
que borran las montañas.
Preludia tu canción, hija del hielo,
por sobre el agrio torso de la sierra;
la luz es la sonrisa de los cielos
y tú eres la sonrisa de la tierra.
Sacude el ala ¡oh noble!
Sobre la tierra y con la tierra vuela
tu desmayo otoñal, savia de roble.
Sacude el ala ¡oh santa!
el ala temblorosa
por la nostalgia del azul, y vuela;
cuando la besa el sol que se levanta
tu nube es como el vientre de una esposa.
Max Jara
