EL AMOR
(PARÍS, 1925)
Ah, suave afán, cabal e inútil pena,
clima de una piel tibia como un trino,
en secreto misterio la cadena
forjando está con sólo ser divino.
Astral tonicidad de sus recreos,
preciosa soledad de sus combates,
en linterna de alarma sus deseos
quemando está de campos a penates.
Eternidad de pétalo de rosa,
silencio azúl de álamo que aroma,
manjar de sombra con calor de esposa,
fruto prohibido que en el polen yerra,
tejiendo está con alas de paloma
el vestido de novia de la tierra.
Miguel Ángel Asturias