EPITAFIOS AUSTRALES
I. AL RESERO FACUNDO CORVALÁN
Aquí yace Facundo
Corvalán, un resero.
Porque había nacido en la cama del viento,
sopló todo su día.
Empujando furiosas
novilladas al Sur,
atropelló el desierto, vio su cara de hiel,
y le dejó una pastoral
montada en un caballo blanco.
Vivió y amó según la costumbre del aire:
con un pie en el estribo
y el otro en una danza.
Y, como el aire, se durmió en la tierra
que su talón había castigado.
Nadie toque su sueño:
aquí reposa un viento.
Leopoldo Marechal