EL POEMA DE ROBOT
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Mi primer incidente con Robot
(y el que abría en mi alma la gran desavenencia
que terminó en un crimen de piadosa factura)
sucedió cuando el noble pedagogo
me dictaba el Factor de Cohesión
de los núcleos estables e inestables.
A los que todavía sin grilletes
van del apio a la rosa, bellos como almirantes;
a los que aún entregan a la emoción del viento
una risa pentecostal
en la salud del Cristo vivo;
a todos esos "raros" que aún perfuman el cosmos
digo lo siguiente:
La Física Nuclear suelta el olor
de los gases livianos de la Tabla Periódica;
y ese olor, al obrar en un alma sensible,
nos da el precipitado de la Melancolía.
No es bueno descender a la materia
sin agarrar primero los tobillos del ángel:
Einstein, el matemático, se libró del abismo
porque midió la noche con el arco
de un violín pitagórico.
Leopoldo Marechal