EL BOYERO
A su isla umbrosa siempre fiel,
Con obscura fibra espartera
Se teje, en larga faltriquera,
Un nido negro como es él.
Pronto aprende a cantar gentil
Ciertas palabras con dulzura.
Su pico blanco, en la negrura,
Talla un silbato de marfil.
Leopoldo Lugones