EL SOL
III
Sin un rizo ni un chapuz,
Sobre el claro mar de estío
Brota un trémulo plantío
De nenúfares de luz.
No hay un ave ni una vela,
No hay un soplo ni una nube.
Parece que al cielo sube
Toda aquella agua que riela.
Así, al resplandor solar
Que exalta aquel hondo anhelo,
El mar palpita en el cielo
Y el cielo flota en el mar.
La calma azul se levanta
Cual mística flor de loto,
Y en el silencio remoto
Cielo y mar son luz que canta.
Leopoldo Lugones