LAS CIGARRAS
II
Ya el tordo ministril canta en las vides;
Pulsan en el estanque claras glotis,
Y las dulces pupilas de miosotis
Dicen con su celeste «no me olvides».
La blonda madurez de la algarroba
Peina bucles de sol; se almizcla el chivo;
Y como joven cabra, en su aire esquivo,
Seduce la que fue zagala boba.
El almíbar frutal bulle en la paila;
Guiña mil ojos el racimo negro;
Y al ritmo de su más inflado alegro,
Borracho el Carnaval insulta y baila.
Todo eso está en el coro paladino
Que con ardor viril al sol saluda,
(Porque madama la cigarra es muda
A pesar de su sexo femenino).
Así el buen cigarrón templa su solo
—Feliz marido, como dice Lope—
Con él acendra el mosto y el arrope,
Y aspira a una hoja del laurel de Apolo.
Por esto, en la guirnalda que les trenza,
Confunde el arte eclógico sus ramos:
Anacreonte da rosas de Samos,
Y Mistral mejorana de Provenza.
Leopoldo Lugones