LA COQUETA
Bajo los fluidos bucles en que flota
su fina cabeza de rubia beldad,
recluye en el ámbito de su ancha capota
con mimo adorable su puerilidad.
En el breve seno, denunciado apenas,
La esfumada línea de una vena azul,
Limita un sucinto prado de azucenas
Que crepusculiza la bruma del tul.
A la frágil gracia de su figulina,
Une casi auténtico, un aire de esplín;
Y con incentivo carmín ilumina
La falacia irónica que huye en su mohín.
Su ojo, un poco fatuo, se abate a la sombra
De la ojera, en leves insomnios de te;
Ajando el discreto mastiz de la alfombra,
Petulante arquea su menudo pie.
Transparenta lirios la calada media...
Y con su abanico lánguido y burlón,
Sobre el especioso secuaz que la asedia
Pulveriza un poco de su corazón.
Leopoldo Lugones