PREFACIO
Lector, este ramillete
que mi candor te destina,
con permiso de tu usina
y perdón de tu bufete;
No significa en ninguna
forma, un anárquico juego,
o un desordenado apego
por las cosas de la luna.
Pasatiempo singular
tal vez, aunque harto inocente,
como escupir desde un puente
o hacerse crucificar;
Epopeya baladí
que, por lógico resorte,
quizá sirva a tu consorte
para su five o'clock tea...
Perdóname las cadenas
de amor, que me llegan vivo;
nadie disputa al cautivo
la libertad de sus penas.
Mi flaqueza vencedora
lleva consigo el desquite,
si al mismo mar se le admite
el sonrojo de la aurora.
Mas yo sudé mi sudor
en mi parte de labranza,
y el verde de mi esperanza
es primicia de labor.
Obrero cuya tarea
va sin grimas ni resabios,
mientras a flor de sus labios
un aria vagabundea...
1905.
Leopoldo Lugones