HUMORISMOS TRISTES
Ya está; no tengas miedo de mi pena
Ya está; no tengas miedo de mi pena;
no me pondré en ridículo; precisa
fingir, y fingiré, ¿Ves? La sonrisa
acude a mi semblante y lo serena
¡Vaya ejemplo el tuyo!... ¿Magdalena?...
¿Te figuras que un Cristo se improvisa?
¿Que te perdone así? Vas muy aprisa;
Cállate, es lo mejor, no estás de vena.
Y bien: me voy, termina tu tocado,
No te alarmes, lo sé, no es de buen tono;
No volveré a llorar como he llorado;
tú guarda tu maldad y yo mi encono…
¿Como buenos amigos?... Aceptado.
¿Qué quieres más?... ¿Perdón?...
Pues te perdono.
Luis G. Urbina