AL MARQUÉS DE VELADA, HERIDO DE UN TORO QUE MATÓ LUEGO A CUCHILLADAS
Con razón, gloria excelsa de Velada.
Te admira Europa, y tanto, que celoso
Su robardor mentido pisa el coso,
Piel este día, forma no alterada.
Buscó tu fresno, y extinguió tu espada
En su sangre su espíritu fogoso:
Si de tus venas ya lo generoso
Poca arena dejó calificada.
Lloró su muerte el Sol, y del segundo
Lunado signo su esplendor vistiendo,
A la satisfacción se disponía;
Cuando el monarca deste y de aquel mundo
Dejar te mandó el circo, previniendo
No acabes dos planetas en un día.
Luis de Góngora y Argote, 1623