EN LA MUERTE DE UN CABALLERO MOZO
Ave real de plumas tan desnuda,
Que aun de carne voló jamás vestida,
Cuya garra, no en miembros dividida,
Inexorable es guadaña aguda;
Lisonjera a los cielos o sañuda
Contra los elementos de una vida,
Florida en años, en beldad florida,
Cuál menos piedad árbitra lo duda,
No a deidad fabulosa hoy arrebata
Garzón, que en vez del venatorio acero
Cristal ministre impuro, si no alado
Espíritu que, en cítara de plata,
Al Júpiter dirige verdadero
Un dulce y otro cántico sagrado.
Luis de Góngora y Argote, 1620