CANCIÓN NOCTURNA
Solo por ver la luz en tus pupilas
fuera admisible ya la lobreguez del mundo sórdido.
Y éso que soñé grande cómo fué diminuto!
Ah! qué febril afán...
Yo venía de más allá.
Yo venía de más allá del cosmos vacuo
donde apenas se ven fantasmas intangibles
generados por el ensueño fuliginoso.
Y eso que soñé grande, cómo fue diminuto!
Estrellas hay de tan lustral hechizo
que ninguna mujer vale el susurro
de su mundo inasible soliloquio.
Ah! qué febril afán para tan poca
fragancia, y tánto efímera!
Por los abscontos mundos que un día transitara
y en Nishapur, Omar, todo es la pura armonía, sólo.
Por los mundos de Omar-el-Jayám, inasibles...
Ojos que la locura hizo irradiantes
exploraron el vacío sin lindes del insomnio,
los campos infinitos donde la sed no se sacia,
las estepas sangrantes de odio,
las dunas áridas,
los arenales inhóspites en los que el trópico
sabe acendrar los espejismos secos.
Y tánta, y tánta sed para un minuto...
Ojos que la locura hizo vigías
exploraron la húmida fiebre de las selvas extenüantes
—paludes nemorosas—,
la cóncava oquedad de los espacios sordos
(ni el viento allí bulula sus himnos fugitivos
ni eternizan las nubes su vuelo desidioso,
ni el corazón emponzoñado
difunde su veneno sutil, abisal, pérfido, hondo...)
Sólo por ver la luz en tus pupilas
fuera admisible —ya— la sordidez del mundo lóbrego.
Y eso que soñé grande, cómo fue diminuto!
Ah! qué febril afán para tan poca
fragancia! ¡y tánta sed para un minuto
de saciedad con zumos de esa boca!
Sólo con ver la luz en tus absortos
ojos brunos y claros, admisible
la sórdida aridez! o con besar
tus labios, y el misterio de tu nuca...
Xatlí..., Aglae..., Budur...
Sombra de antaño, es hora única lumbre.
Lumbre de antaño, ogaño es noche sola.
Sólo por ver la luz en tus pupilas
entreabres tus párpados, oh noche!
Oh noche de amarantos!
Pradera de asfodelos y de lotos!
Noviembre 17 de 1933
León de Greiff
Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango: http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/antolo/antol38.htm