RELATO DE PROCLO
Después que escanciáramos el vaso postrimero
—metidos ya en la sima berroqueña—
nos dimos a decirles a Orión, a Fomalhaut, a Aldebarán,
nuestra congoja, y a Proción y al divino Boyero:
no sonreían, no sonreían, sino que se hermanaban con
nuestra ánima pequeña,
no se mofaban de nuestro diminuto afán
Muy más allá del mundo de los astros
queda el país difuso de los sueños;
muy más allá del campo de los sueños
el reino está —brumoso y coruscante—
de la locura, que en sus brazos muelles
todo el amor ilímite atesora.
Después de que vaciáramos el último jarro de vino
—inmersos en la espelunca berroqueña—
nos dimos a vagar bajo del tenso,
vientre maduro de la noche, —áureo vientre y endrino:
ya nos cantaba su canción zahareña,
sensual, sexual, la noche, perfumada de jazmín y de incienso.
Canción epitalámica, imbuida
en un ambiente tibio de calígine:
infusa de la música felposa
que integra el sortilégico Nirvana;
canción de éxtasis denso, que resume
y acendra —entre sus filtros— la ventura.
Después de que vaciáramos el último vaso de vino
—inmersos en la espelunca berroqueña—
nos dimos a soñar bajo del rútilo,
combo, odorante vientre diamantino
de la noche cenceña:
para la Virgen Noche,
para la noche virgen, no es siempre el hombre mútilo?
Muy más allá del túrpido deseo
queda el país del sueño insaturable;
más allá del deseo incoercible
queda el país joyoso y frío y cáustico
de la locura, que en sus brazos férreos
todo el amor sin lindes atesora.
Después que escanciáramos el vaso postrimero
—metidos ya en la sima berroqueña—
nos dimos a narrarles a las constelaciones
nuestra congoja, y al matutino lucero...:
no sonreían, no sonreían de nuestra ánima pequeña,
no se mofaban de nuestras infinitesimales desolaciones...
Y más allá de los rútilos Orbes
queda el país transido de los sueños;
y más allá del yermo de los sueños
se asienta la región ebria y radiante
de la locura, que en sus brazos róseos
todo el amor ilímite atesora...
Netupiromba 17 XI 1931
León de Greiff
Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango: http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/antolo/antol38.htm