XXVIII
Le debes carta al sur, como la historia.
Me pregunto por ti, por lo que ahora,
apoyada en el hombro, me dirías
al contemplar el paso descuidado
de la gente en el parque, su dibujo
contra la luz primavera del invierno,
cuando el frío resbala por los troncos
enfermos de los árboles.
Faltan tus opiniones a mi lado,
mientras gritan los niños abrigándose,
con paso de colegio, y los obreros
aceleran la marcha necesaria
delante de mucamas, de soldados
que confunden sus ropas con los tonos
enfermos del invierno.
Ya no sé su recuerdas el bullicio
de las tiendas lejanas, las mujeres
inclinadas y limpias con el cesto,
o los repartidores de bebidas,
los pobres tenderetes callejeros
que venden sus mentiras con la prisa
enferma de los hábitos.
Y sin embargo existe, me dirías,
también existe el sur en este parque
tomado por el frío, mientras pasan,
como cuellos de jóvenes que esperan,
las interrogaciones levantadas,
las tercas esperanzas, los secretos
enfermos del futuro.
Luis García Montero