XX
Tuviste un corazón. Sólo distancia
te queda bajo el pecho, solamente
el ejercicio de vivir, la prisa
de amar la soledad como un fantasma
reducido al instinto, y necesario.
Y necesariamente has comprendido
que los últimos besos fueron pánico,
ni siquiera la duda, el asombroso
deseo de vivir con sus preguntas.
Luis García Montero