EDAD DE ORO
Pasó la noche. Resplandece el día.
Audaz surcando el piélago profundo.
Colón, sorprende el despertar de un mundo
Que en misteriosa oscuridad dormía.
Képler indaga en la extensión vacía
La ignota ley del astro vagabundo,
Y Gutenberg, innovador fecundo.
Abre a la ciencia esplendorosa vía.
Brilla en la frente del linaje humano;
Con resplandores de inmortal diadema,
La luz del pensamiento soberano.
Lutero agita la razón por lema,
Y el fanatismo se retuerce en vano
Ante el fulgor de la verdad suprema.
Leopoldo Díaz