TOCAREMOS LA ESTRELLA
Tocaremos la estrella, esa que un día
era el “ojo de Dios”, era el lucero
de nuestro amor. La pura piedra fría
de un lejano sendero.
Tocaremos la estrella. Fantasía
que guardó un cancerbero.
Rosa de una soñada astropoesía.
Tocaremos su estero
de verde claridad. Y será nada
—fósforo, azufre, hierro—
más que un pequeño farallón humano.
Materia a un mismo caos ordenada,
—otra sombra, otra pena, otro destierro—
tocaremos un día con la mano.
Leopoldo de Luis