RIBEREÑA
Las 4 a.m. Parpadea
un lampo matinal. Sobre la playa
los pescadores, como la ventisca
preña la blanca lona, sueltan nudos.
Y la ventisca pasa
por por entre los cordajes,
como una sinalefa
de suspiros muy largos...
La barca, dando tumbos
de dipsómano, se abre
de la riba. Mis sueños
nostálgicos, cual una
emigración de pájaros marinos,
vuelan sobre el velamen
que se despide, como un gran pañuelo,
en la convalecencia de la noche...
Luis Carlos López