DE PERFIL
Cutis garapiñado,
nariz curva de anzuelo,
y del gorro, que porta a medio lado,
surge la hirsuta rebelión del pelo.
La brusca pincelada
de la ceja, enfocando la azogada
mirada socarrona, una mirada
de bebedor de whiskey.
Es una coma
y un signo musical, bajo un violento
golpe de luz, la oreja.
Y la cachimba vieja,
la panza gris de la cachimba asoma
por un bigote ahumado y soñoliento.
Luis Carlos López