SONETO XVIII
Cuando el Sol encubierto va mostrando
Al mundo la luz quieta y dudosa,
A lo largo de una playa deleitosa
Voy en mi enemiga pensando.
Aquí la vi, los cabellos ajustando;
Allí con la mano en la cara tan hermosa;
Aquí hablando alegre, allí cuidadosa;
Ahora estando quieta, ahora andando.
Aquí estuve sentada, allí me vio,
Levantando aquellos ojos tan libres;
Aquí movida un poco, allí segura;
Aquí se entristeció, allí se rio.
En fin, en estos cansados pensamientos
Paso esta vida vana, que siempre dura.
1595
Luís de Camões
Traducción de José Carlos de Nóbrega